Por: Gerardo Ibarra
Desde muy pequeña, Mary Dwyer sintió un profundo amor por los animales. Sus padres solían acoger perritos abandonados en su hogar, inculcándole el valor de la compasión y el respeto por los seres vivos. Ese sentimiento, que nació en la infancia, se convirtió con el tiempo en una misión de vida.
Hace nueve años, Mary comenzó formalmente con esta noble labor. Todo inició cuando en redes sociales se difundió el caso de un perrito que sufrió terribles daños en el hocico debido a la explosión de un cohete. Su situación era desgarradora, y Mary no dudó en intervenir. Pidió ayuda para llevarlo al veterinario, sin imaginar que ese acto de empatía sería el primer paso de una gran travesía.
Con el paso del tiempo, su labor de rescate fue creciendo. Hasta el día de hoy, ha logrado rescatar más de mil perritos y gatitos en situación de abandono y maltrato. Muchos de ellos han encontrado un hogar amoroso, mientras que otros, lamentablemente, no han logrado sobrevivir a las secuelas del maltrato o del olvido.
Mary se ha convertido en un ángel para los animales desprotegidos de San Luis, donde el abandono y el maltrato son una realidad cotidiana. Su enfoque principal es rescatar perros atropellados, heridos, enfermos o desnutridos. Tras el rescate, los rehabilita con ayuda de veterinarios, los alimenta y los acompaña en su proceso de recuperación hasta que estén listos para ser adoptados.
A pesar de vivir en condiciones humildes, Mary no se detiene. Se esfuerza incansablemente por conseguir los recursos necesarios para seguir adelante. Las donaciones ayudan, pero también complementa los gastos vendiendo postres, manualidades y ropa usada. Actualmente, tiene bajo su cuidado a más de 100 perritos y gatitos esperando una familia.
Uno de los mayores desafíos que enfrenta es la adopción responsable. Muchas personas se niegan a firmar una carta de compromiso para garantizar el bienestar del animal. Sin embargo, también ha encontrado familias responsables que le envían fotos y le comparten actualizaciones sobre sus nuevos compañeros de vida.
Entre los casos más comunes de abandono, destaca el de los huskies. Son perritos juguetones y con una gran necesidad de espacio para correr, pero muchas personas los adoptan sin considerar estos factores. Cuando se dan cuenta de que no pueden manejar su energía y tendencia a escaparse, los dejan a su suerte.
A pesar de las dificultades, Mary no está sola. Ha encontrado veterinarios solidarios que la apoyan con la atención de los animales, permitiéndole pagar las deudas poco a poco. Sin embargo, los gastos siguen siendo elevados: alimentación, medicamentos y hospitalizaciones son costos constantes. Cada semana, necesita al menos 12 sacos de croquetas de 25 kg cada uno. Para hacer rendir la comida, recibe donaciones de huesos de pollo con los que prepara calditos con arroz.
En redes sociales, cuenta con muchos seguidores, pero los donadores constantes son pocos. Su labor también está coordinada con las autoridades de control animal y sigue las normativas de protección establecidas en la ley.
Cada animalito que rescata tiene una historia, y Mary las conoce todas. Junto con su hija, les pone nombres y los acompaña en su proceso de sanación. Su llamado a la comunidad es claro: urge concientizar sobre la sobrepoblación de perros y gatos callejeros. La esterilización es clave para frenar el problema, y pide a la gente hacer el esfuerzo de esterilizar tanto a sus propias mascotas como a los animales callejeros.
Hoy, su mayor necesidad es la ayuda. Requiere donaciones de alimento, apoyo económico y, sobre todo, más personas comprometidas con la causa. Su meta a corto plazo es obtener una camioneta para facilitar el traslado de los animales, un sueño que podría hacer más eficiente su labor.
A pesar de los obstáculos, Mary sigue adelante con su corazón lleno de esperanza y amor por los animales. Su asociación, “Rescate de Angelitos Callejeros, SLRC, A.C.”, ya está legalmente registrada, y su lucha por brindar segundas oportunidades a los más vulnerables no se detiene. Porque para ella, cada vida cuenta.